“EN OTROS MUNDOS” (22)

     Se notó observado. Al voltearse, Tirso vio por primera vez a La Niña desdibujada y borrosa, a la misma que había estado con Silvia y Tasmania, antes de que el agujero se tragara a las dos. La Niña era un Ser de Niebla, ahora.

                -    ¿Qué haces aquí? ¿Quieres algo de mí? -, preguntó Tirso sobresaltado.
                                    -    Yo no quiero nada. Sólo es que Sua quiere separarte de ellas. Tu momento de bajar al Averno no ha llegado; pero no te preocupes… Otro agujero dimensional se abrirá, y te llevará al reino de Sua -, explicó ella metódicamente.
                -    Entonces, es como yo pensaba… ¡El Infierno está en el mundo real! -.
                                    -    El Infierno… y los otros mundos. Otros mundos, otras dimensiones, todo es parte de una misma cosa, son mundos paralelos. Estás en otro mundo, sólo porque el Ser de Luz te creó una escapatoria para que Sua no se quedara con tu alma… ¡Y sólo tú elegiste pasar al otro lado…! ¡No me hagas perder más tiempo, vámonos ya, Tirso! -, dijo la horripilante pequeña.

     A Tirso se le ocurría que nunca podría encontrar el agujero que de nuevo le enviara al mundo real, al que pertenecía desde que nació. De forma, que ese primer agujero que atravesó, era el que le había salvado; el que se había tragado, ajenas a su voluntad a Silvia y a Samanta, las habría llevado directamente al Averno de Sua.     

     Ni pensó en reducir a La Niña; sería absurdo intentar deshacerse de un Ser de Niebla, un ente intangible como ella. No había sido su primer contacto con uno de estos agujeros voraces, pero ahora sabía el destino al que llevaban.      Siguió a La Niña, meditabundo…
    

                        Tras haber caído por el tupido túnel, que el agujero que engulló a las dos escondía, Samanta buscó a Silvia entre las rocas.

 rocas en la cueva

2 pensamientos sobre ““EN OTROS MUNDOS” (22)”

  1. Hmmm! en los otros mundos paralelos a la realidad también hay guías, pequeños angeles desdibujados pero a diferencia de los angeles pintados, aquellos son algo feos.

    “Buscó a Silvia entre las rocas”

    Esa frase me inspira mucho.

    Un cálido abrazo Pilar

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