El sol le hacía estar más contenta que de costumbre, y olvidar que se encontraba en un mundo que no era el suyo, en el cual no estaba sola, pero en el que no había nada por lo que realmente se quisiera quedar. Silvia se excusó y dejó a Samanta asolas con Tirso.
- Este día merece que nos hayamos despertado, ¿eh, Tirso? -, rompió el hielo Samanta.
Tirso no contestó, se limitó a asentir. No solía gustarle que le hablaran sólo por matar el tiempo, se le hacía ridículo si no había que contar nada interesante. Miró a Sami con cara de pocos amigos, y preguntó con una sonrisilla siniestra:
- ¿Sabes dónde ha ido Silvia? -.
- No sé, me imagino que vendrá enseguida -.
- Me parece que eso no te lo ha contado. Hoy es Domingo por la mañana, y es en este día de la semana, temprano, cuando Silvia recibe la visita de sus padres… Siempre vienen los Domingos, está con ellos -, aclaró Tirso,
mostrando el lugar donde Silvia se reunía con ellos.
Samanta se fijó en ellos tres; la madre de Silvia lloraba desconsolada frente a una lápida, mientras ella estaba compungida y sin decir nada detrás de ella. Sami se volteó hacia Tirso, como buscando que éste le diera una explicación:
- Los padres de Silvia piensan que está muerta; por eso es que vienen a este cementerio a llorarla -, reveló él.
- ¿Y siempre va a ser así? Eso es muy triste… -.
- ¡No hay elección! ¡Es así y ya está! Aquí por lo menos yo siempre voy a estar con ella, y puede ver a su familia de vez en cuando… Yo he viajado entre dimensiones, y créeme cuando te digo que esto es lo mejor para Silvia -.
- ¡Ya, y también es lo mejor para ti, Tirso! ¡Por eso no te arriesgas a pasar a otros mundos hasta que deis con el vuestro…! ¡Te da miedo arriesgarte por si la pierdes! ¡Es como si tuvieras aquí prisionera a Silvia porque tú te has cansado de luchar! -, se sinceró Samanta muy excitada.
Se fue airado, no soportaba por más tiempo que Sami le estuviera llamando cobarde y pusilánime.Todo se ofuscó como su mente y el cielo se llenó de nubarrones.
La idea de situarla, para aquellos que están fuera de la magia de la búsqueda, bajo una lápida me parecer fascinante y digna de una profunda reflexión, porque que es una fosa sino un punto de incertidumbre donde te hallan los que te creen ya por la eternidad encontrada y donde te retoman los que te saben eterna en el laberinto dimensional a que estamos abocados.
Te felicito.
Recibe un fraternal abrazo.
Las dimensiones del universo, la posibilidad de cruzarlas como abrir una puerta y otra, la fatiga de seguir buscando…buscando el mundo a donde pertenecemos, y en ese andar encontrar a otros buscadores con quienes podemos quedar atrapados…rayos, la vida se complica.
Saludos Pilar
Me siento conmovida, José Alfonso. Es justo lo que explicas, todos estamos llamados a lo eternamente desconocido. Tus felicitaciones son muy especiales para mÃ, muchas gracias. Saludos desde lo más profundo del alma.
Pilar Ana: vi tu proposición en Punto Hispano y enseguida vine a ve tu novela, me haencantado, lástima que me haya enterado tarde, pude leer los primeros 10 capÃtulos. Pienso seguir haciéndolo, poco a poco, no tengo computadora, asà que aprovecho el tiempito libre en el trabajo. Felicidades!!!
Amparo Ballester