El Ser de Niela entonces, no dejaba pasar a Samanta, que hacía bastante con tenerse en pie dentro del tembloroso terreno. El ente había sacado ya su cruel látigo, y primeramente había enroscado el cuello de la joven para acercarla hasta él.
- ¡No vas a escapar de Sua, Samanta! Ahora vamos a volver con él al Averno -, mencionó el Ser, riéndose a carcajadas después.
Medio estrangulada, no podía casi oír nada, pero juraría que junto al estruendo de los aros del pasillo al desmoronarse, estaba oyendo una suave y fina voz que la estaba animando a que no se rindiera. Sami miró hacia abajo buscando a quien la estaba espoleando:
- ¡Sami, por favor! ¡Sami, no flaquees ahora! -.
Ahí abajo plantada, estaba La Niña. A la muchacha le emocionó que hubiera ido hasta allí para salvarla, pero tenía que protegerse a sí misma y salir a toda prisa de ese agujero, dejando a Samanta que cada vez notaba su garganta más presionada. Quería gritarle que tenía que ir con Tirso y Silvia, no obstante le era imposible… Se estaba asfixiando y los ojos estaban a punto de saltársele de las cuencas.
Ya pensaba que estaba todo perdido, cuando La Niña sacó algo de detrás de su espalda, y poniéndose de puntillas, con gran esfuerzo, consiguió entregárselo a Samanta.
Hola Pilar:
Gracias por tu regalo, ha sido una grata sorpresa. Ojalá que la promoción obtenga buenos resultados y la gente pueda conocer tu obra. Estás trabajando mucho y mereces lo mejor. Un fuerte abrazo.
Gracias por tus buenos anhelos para conmigo, aprecio tus palabras. Un abrazo colosal, AgustÃn.