“EN OTROS MUNDOS” (69)

     No entendía que Nadia no hubiera entrado ya por la espiral, y la miró intrigante.

             -    No voy a ir con vosotros, Sami… Alguien tiene que quedarse aquí para cuidar de Teo y tengo que ser yo. Lo siento, pero ya no podéis contar conmigo -, explicó.
                               -    ¡Sabes que no hay muchas opciones para salir del Averno…! ¡Si no sales pronto de aquí acabarás convirtiéndote en un Ser de Niebla! -.
             -    ¡Eso es lo que pasará… es mi destino! ¡Mi destino debe cumplirse como el de todos los que vinieron a este lugar por haber cometido una falta grave en sus vidas! ¿Lo entiendes? ¡Me lo tengo merecido, asesiné a otra señora! ¡No es justo que no pague del todo por ello, Samanta! ¡Lo entenderás, yo sé que lo entenderás! -, dijo la mujer, antes de que todo empezara a temblar.

     Las paredes del agujero parecía que se iban a derrumbar. Samanta intentaba sostenerse en pie, cuando unos pasos más adelante vio que Aníbal tosía fuertemente y se ahogaba grave, mientras se sujetaba nerviosamente a los muros. Se volvió hacia Nadia otra vez, pero ella ya no estaba allí. 

                     Dragón Sua  En su lugar, pudo ver la cabeza del Dragón Sua que intentaba colarse por la espiral para darles caza. No alcanzaba a entrar por el estrecho agujero, no obstante, no dejaba de intentar a empujones que se ensanchara y poder  pasar por el túnel. 

                               Corrió hacia Aníbal, cuyas expectoraciones y toses eran cada vez más depravadas y espeluznantes. Su palidez asustaba, y Sami lo arrastraba hacia delante, obviando que el fuego de Sua casi les llegaba a los  talones.

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