“EN OTROS MUNDOS” (18)

     La carita de la niña se enterneció, y colocó sus manitas encima del vientre de la madre de Silvia. Samanta no sabía si debía soltar a su hija, porque por lo que estaba pasando en aquella habitación, no terminaba de confiar en la conmovedora infante.

            -    Está embarazada, será un niño -, sentenció la cría.

     Silvia se quedó paralizada ante aquella conclusión. Silvia sorprendida Era verdad que el vientre de la madre estaba un poco abombado, pero ni ella misma aún sabía de su estado; ciertamente, era la causa por la que se había desmayado anteriormente en el cementerio. Silvia puso las manos sobre su pancita, y sintió un escalofrío por todo el cuerpo: admitió con gozo y gran embelesamiento que era su hermano, el que estaba ahí dentro formándose todavía.

     Samanta, totalmente conmovida por lo que allí estaba sucediendo, pensó que Silvia, a pesar de que no era vista por sus padres, requeriría un poco de intimidad con ellos y con su aún no nacido, hermano.
     Entonces, ésta subió a la pequeña a sus brazos, y atravesó el umbral de la puerta otra vez:

                  -    Dejémosle que esté con ellos un ratito… Yo te acompañaré a la cama, verás qué calentita vas a estar allá -, aseguraba Sami.

      Salieron al pasillo; su cuarto estaba al lado justamente…

4 pensamientos sobre ““EN OTROS MUNDOS” (18)”

  1. Esta escena está estremecedora cuando le toca el vientre a la madre, o cuando Sami “subió a la pequeña a sus brazos, y atravesó el umbral de la puerta otra vez”…de por sí son líneas sugestivas.

    Te felicito, sigue adelante.

    Sinceros saludos.

  2. Lo que si observo es que la imagen no tiene mucho que ver con la narración que por cierto es tierna e inocente. Es una imagen fotográfica de un momento que puede pasar en cualquier parte.
    Me gusto la fluidez de tu prosa.

    Chinasklauzz

Los comentarios están cerrados.