“EN OTROS MUNDOS” (114)

  Hincada de rodillas en el suelo, la samurai se relajó y meditó en silencio con la mirada perdida… Hundió la daga en el pecho, acentuando el disgusto de Samanta, que contemplaba impotente todo desde los brazos de Nadia.

                   Después de que cayera a la nieve sin vida, los Seres de Niebla que hasta entonces habían estado combatiendo contra ella, se aproximaron amenazantes, y sin ningún respeto, se arrojaron hacia su cuerpo inerte y lo desmembraron hasta que no quedó nada de la guerrera.

       Samanta no podía soportarlo más y había retirado la vista de la violenta escena. Nadia se mordía los labios, horrorizada:

                     -    Los dos samuráis, el hombre y la mujer, luchaban como uno… Era una cuestión de honor que si uno perdía la Vida, el otro se vería obligado a quitársela… Es un sacrificio de amor, es bello si lo analizas desde su punto de vista -, estableció Nadia.
                                        -    Me hace recordar algo que me contaron hace mucho tiempo, cuando ignoraba estos Mundos y no sabía ver más allá de mi nariz… “La Guerra de los Amantes”, ésa en la que cada pareja de batalladores era invencible por el simple hecho de que cada uno de ellos luchaba por el otro; así, se convirtieron en el escuadrón más fuerte y valeroso -.corazón como trofeo
                  -    Sí, conozco la historia, Sami… Pero, también sabrás cómo acaba esa historia; vencieron a todos en una final y última acometida de forma muy fulminante y rápida, ya que mataron a uno de los amantes, y a partir de ello, todos comenzaron a desplomarse en el campo de batalla como si fueran un castillo de naipes… -, intervino, preparándose igual que Samanta para seguir con la ofensiva.