“EN OTROS MUNDOS” (99)

 cabaña en la nieve  Samanta llamó a la puerta de la cabaña varias veces, pero nadie respondió allí dentro. Se volvió hacia el lobo, que la miraba como sin sorprenderse de que no hubiera nadie en esos instantes.

                   Lo que no hubiera vaticinado de ninguna forma, era que aquel zumbido al principio suave y después demoledor, cuando aquella mole de luces que había visto en el firmamento del camino, se ubicó justo encima de ellos, y que el lobo se elevara poco a poco, y se descompusiera en rayos y más rayos de luz pasando a formar parte de algo tan grandioso y bello.

                      -    ¡No te preocupes, Sami! ¡Nadia llegará cuando oscurezca, y te explicará lo que te he dicho! -, expresó el lobo antes de acuñarse con esa extraña nube.

        Poco después, el supuesto Ser de Luz y todas su amalgama brillante se dispersó en el cielo, y desapareció ante la vista de Samanta, dejando paso al atardecer.

     Se volteó de nuevo hacia la casa… Si en verdad era la de Nadia, no le iba a importar que ella entrara dentro; con estas pretensiones, Samanta se afilió por la ventana.

     Y sí, la decoración minimalista de aquella casa y los muebles tan meticulosos y escasos, no dejaban espacio para la duda:era la cabaña de Nadia.

           Samanta se sentó en el camastro que había al lado de la ventana por la que había saltado.

poca decoración

                  Completamente aburrida, urdió la almohada, y se tumbó boca arriba. Cerró los párpados en busca de sueños que la pudieran distraer; se dio cuenta de que los muertos como ella, no podían dormir y estaban condenados a una vigilia eterna de pesadillas… Hasta que oyó pasos fuera.

2 pensamientos sobre ““EN OTROS MUNDOS” (99)”

Los comentarios están cerrados.