“EN OTROS MUNDOS” (29)

   Tanto una como la otra se mostraban cautelosas, y callaban mientras los desconocidos ejercitaban su cuerpo. El más alto seguía parado, hasta que decidió ir hasta donde Silvia estaba, y se acurrucó a su lado.

        -    Nosotros hemos llegado aquí igual que vosotras, por un agujero dimensional… Los Seres de Niebla van a remolcarnos hasta lo que es el Averno; de allí queríamos escapar… ya veis que no lo hemos conseguido -, apuntó.
                      -    Así que sois condenados del Averno… Y os buscan para que volváis… -, replicó Samanta.

     Era un joven atractivo, no mucho mayor que Silvia, ni mucho menor que Sami, pero lo que esta última tenía claro era que ese chico era venenoso y jactancioso, y a la larga perjudicaría en su relación amistosa con la tierna Silvia. Representaba una amenaza para Sami, más que para la otra… Era consciente de que debía borrar algo así de su mente.  Gran serenidad

        -    Sí, y el arma con el que nos dispararon, era sólo paralizante. Ya no estáis en vuestro palpable mundo, estáis en el Averno, en el reino de Sua… -.

                              -    ¿Y se puede escapar de aquí? -, irrumpió por primera vez Silvia, levantando la cabeza.

         -    Yo creo firmemente que sí… Por eso es que huí con estos dos en busca de otro agujero dimensional que nos llevara a otro lugar -, comentó el chico.

     Después de estas palabras casi no pudieron hablar por el molesto traqueteo… Estaban siendo remolcados hacia algún sitio, hacia el Averno, según habían conversado, Samanta podía intuir que todo lo que habría en el Averno, sería sufrimiento, consternación y desconsuelo, pero no habría forma de evitar llegar allí.

4 pensamientos sobre ““EN OTROS MUNDOS” (29)”

  1. Querida Pilar

    Sigue siendo de mucho interés el giro que le estás dando. Te recuerdo que “Averno” viene del sánscrito “Avarna”, lo que significa algo así como un lugar donde no existen las castas y reina un desorden destructivo.

    Muchos besos

  2. Sí, Rik. Lo tengo en cuenta… El Averno de la historia es justo eso, estar allí, destruye por dentro.

    ¿Leiste lo de Aníbal? En realidad, aquellos muertos estaban muy vivos… Nada es lo que parece…

    Un besazo.

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