“EN OTROS MUNDOS” (14)

    Fuera, seguramente ya habría anochecido. Tras haber recorrido unos angostos pasillos, Tirso las dejó en una habitación desierta, hasta que se asegurara de que nada extraño, podía resultar una amenaza para ellos en ese hospital. despacho médico       

           -    Yo creo que exageras, Tirso. ¡Qué nos puede pasar! Nadie sabe que estamos aquí, y aunque lo supiera alguien, no sé para qué se iba a molestar en hacernos daño -, manifestó Samanta, a la vez que abrazaba a Silvia.

                          -    No estamos en tu mundo en el que todo es insustancial y superficial, Sami. ¡Deja de una vez esa actitud tuya de prepotente y     resabidilla! -.     

     Hacía cinco minutos ya que él había salido, y ellas contemplaban todo lo que allí las rodeaba, en completo silencio, como con miedo de que con sólo un murmullo, pudieran perturbar aquella aparente paz, la cual les bastaba para sentirse ajenas a cualquier peligro. Había una camilla en la que estaban sentadas, un frío butacón de cuero negro, una mesa no muy ancha de madera oscura con un fonendoscopio y varios papeles y carpetas revueltos encima; las estanterías estaban a rebosar de libros de medicina, cuadernos de apuntes, vendas y otros utensilios médicos… al lado de una cabina, un vestidor; y sí, concluían que estaban en un despacho donde algún médico pasaba consulta.  

     Fue entonces cuando a Samanta le pareció escuchar unas pisadas descalzas, que provenían del pasillo por el que antes habían llegado a esa habitación. Un vuelco al corazón le dio cuando reconoció que comenzaban a correr, y ese alguien a quien pertenecieran las pisadas, estaba tratando de entrar allí.
     Silvia le apretaba la mano fuertemente.  manos entrelazadas

4 pensamientos sobre ““EN OTROS MUNDOS” (14)”

  1. Se me ha puesto a latir el corazón de prisa, espectante por los pasos descalzos.

    Sigue adelante que ya estoy encarrilada en la historia

    Saludotes

  2. Querida Pilar

    He observado que se mantiene la tensión en forma creciente. Quizá mejore aún más si publicas en la semana tres fragmentos. Te doy esa cifra no por una elección arbitraria, sino porque el número tres está vinculado a un buen efecto literario. Si tienes que colocar adjetivos, por ejemplo, puedes utilizar uno o tres. Con dos difícilmente suene bien al oído. Cuando se describen series de cosas también suena bien tres, múltiplos de tres o eventualmente de siete. Creo que utilizar tres fragmentos en la entrega permitiría que el lector se introduzca acabadamente en el clima y su interés aumente todavía más.

    Te reitero que tu idea es genial. Siempre me atrajeron las novelas por entregas y te recuerdo que Dostoievsky escribió así “Crimen y Castigo”. Claro que en el caso de él, sobrevivía con los rublos que le pagaban por cada capítulo. Eso explica que la novela sea tan extensa y con secuencias que pueden parecer innecesarias, pero por encima de ello la leemos como una pieza genial.

    Otro caso fue Balzac. A él le pagaban por líneas, de modo que sus extensas descripciones también tienen una explicación económica. En nuestro caso, escribiendo para internet, lo que nos imiporta es la atención del lector. Existe una página literaria, “Proyecto Scherezade” que se llama así por la protagonista de “Las Mil y una Noches”. Sus editores dicen que el lector de internet es como el Califa Shariar, que si en un momento el escritor no puede mantener su atención, le corta la cabeza y sigue con otro tema. Creo que con tu novela podrías sobrevivir perfectamente a las noches de Shariar.

    Muchos besos
    Rik

  3. Hola Beatriz. Ya has podido ver cuál es la identidad de esos pasos descalzos. Pero… ¿todo es lo que parece? A veces sí, y a veces, no. Muchos cariños.

  4. Estimado Rik… Estoy reflexionando sobre lo que me has dicho, y creo que sería interesante lo de hacer tres entregas semanales. Gracias por tus sabios consejos.

    Encontré la Págna del Proyecto Sherezade. Espero quizá colaborar con algún relato en cuanto pueda.

    No sabía de los comienzos de Dostoivsky y Balzac… Saber que genios de la escritura como ellos, también tenían sus problemas, los humaniza, y a los demás, nos ayuda a seguir hacia adelante.

    Besos y abrazos…

Los comentarios están cerrados.