“EN OTROS MUNDOS” (108)

   Su pregunta era muy directa… Samanta se sintió estúpida cuando la Luz le anunció que Fabio había vuelto ya al Mundo terrenal, al primero que había compartido con su novia.

            -    El caso de Fabio no estaba claro, Samanta; él se suicidó, llanamente asesinó cualquier opción de superación por haberte perdido… Consideramos que aquello no estaba bien, pese a que decidimos devolverle a la vida, aunque no a la suya. Tú le viste en Santa Catalina: era Fabio el muchacho que viste en el cementerio antes de bajar al Averno, pero no parece el mismo físicamente -.

                      Esto la dejó sin palabras y una y otra vez, repasaba el capítulo arrepintiéndose de no haber abrazado y besado a Fabio en su fugaz encuentro.

         -    Y Samanta: esto es importante… Nosotros le damos esa capacidad de redimirse a todo Ser de Niebla que muera por nuestras armas, pero ellos a nosotros no… -, indicó el Ser de Luz.
                                    -    ¿Quieres decir que matarán también Nuestra Alma? -, retorció ella, confirmando con esta pregunta que iba a luchar del lado de la Luz de todas formas.

                  Al principio llegó a pensar que el Ser de Luz la iba a recriminar por haberse dejado el Eje del Mundo en la cabaña de Nadia… Por lo que vio, había sido recuperado de nuevo, y se le hizo entrega de esto, junto a una armadura dorada y un escudo lunar para que pudiera hacer frente a los Seres de Niebla. Preparada para el combate

     Fue depositada otra vez en el suelo del Averno con tremendo cuidado, y antes de que se diera cuenta pudo infiltrarse con todos los Seres de Luz, con miles de ellos que arengaban a la libertad y a la abolición de Sua y todos sus Avernos. Éste era su ejército.